El viaje de Chihiro. Tercera parte, Entrando al reino de los espiritus.

De la oscuridad a la luz, cielo despejado, verdes prados, hermoso recibimiento de la naturaleza, un lugar para la armonía y el regocijo del espíritu

Nadie se da cuenta que el sitio no parece cuadrar con lo que dejaron atrás, es definitivamente “otro lugar”. Ante las dudas el viento empuja a la niña.

Los vemos literalmente ascender. Chihiro se da cuenta que el portal esta cada vez más lejos.

El padre, el impulso los guía, pero lo que es bueno en un momento, es malo en otro, se van directo a la comida, los padres no prestan atención a su alrededor, todo parece abandonado hace mucho tiempo, nunca piensan o cuestionan, solo Chihiro, si no hay nadie ¿para quien cocinan? O mejor quien cocino?

Chihiro aquí nos va demostrando su sabiduría, aun niña sabe que esta todo mal. En especial el tomar las cosas sin permiso, una niña bien educada, por unos padres que se portan como cerdos hambrientos. Al punto de descuidar a su hija en un lugar desconocido.

Los instintos, y la materia, el cuerpo y el alma, no nos sirven en el plano espiritual, El cuerpo es materia densa, el vehiculo para manifestarnos en este plano material y el alma es la suma de todos nuestros instinto animales, que nos permiten poder conducirnos en el, pero a la vez tenemos que refinar nuestra alma para que la luz de nuestro espíritu pueda relucir.

Por eso los padres se quedan y se animalizan, por actuar por instinto, sin pensar o importarles nada, Chihiro comienza a verse como lo que es, un espíritu inquieto que busca conocer la verdad, y pronto se le develara.

El parque comienza a tomar ¿Vida?