En casa de Seniba, Chihiro descubre que el “bicho” que mato, era en realidad algo que Yubaba había sembrado dentro de Haku para dominarlo.
Seniba no puede ayudar a Haku, pero le da la clave a Chihiro.
- “Me gustaría ayudarte, pero no hay nada que pueda hacer por ti, es una de nuestras reglas. Tendrás que ocuparte su sola de tus padres y de tu amigo el dragón”
- “pero no podrías darme al menos una pista tengo la sensación de que Haku y yo nos conocimos hace mucho tiempo”
- “en ese caso es fácil nada de lo que ha pasado se olvida, aunque tu no puedas recordarlo”
Tenemos la falsa ilusión, de que no recordamos nuestras vidas anteriores, pero lo aprendido en estas no se olvida.
Así Chihiro rompe el hechizo de Haku, recordando que en realidad era un río que fue secado en nombre “del progreso”.
El bebe regresa a su madre, Yubaba, mas envalentonado, y a Chihiro le toca saber cuales son sus padres a lo que ella, muy Zen, responde. “no están ahí”. Claro que no lo están ya han sido liberados al ella cumplió su promesa. Listo, roto el contrato, solo tiene que irse.
Sin mirar atrás.
Volverá a ver a Haku. El siempre estará con ella.
¿Sus padres? Ni se acuerdan de nada.
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