Al ir cruzando el puente, al reino de los dioses, vemos por primera vez al “Sin cara”, ella lo ve, el la ve a ella. El sin cara es una parte de Chihiro, la parte impura de su espíritu, que al cruzar el puente se desprende de ella.
Sin embargo la niña no logra pasa inadvertida, un sapo, literalmente la asusta y, de bocón da la alarma, todo el templo se alborota. En e jardín y a la sombra de las flores de hortensia, Haku le explica como sobrevivir en este mundo y salvar a sus padres. TRABAJAR. Tiene que ser útil, tiene que esforzarse. Haku ilumina su tercer ojo, el de la percepción psíquica. Y le explica de qué va todo. También le dice que la conoce desde niña. Claro si es su guardián.
Ahora a nuestra niña le toca moverse sola en este mundo tan extraño. Le toca bajar, y es una bajada larga, difícil y complicada. Casi se mata hasta que del impulso lo agarra para correr, y darse duro, caer siempre es más fácil que subir. Llega a un infiernillo, caliente. Y literalmente los hollines alimentan el fuego que les servirá a los dioses.
Ella ve que uno de los hollines no puede con una gran pieza de carbón y ella misma al ayudarlo, se ayuda, pues logra que el de la caldera le de trabajo. “Vamos, termina lo que has comenzado”.
Pero los hollines ni cortos ni perezosos se hacen las victimas, simulando el accidente que tuvo el otro, para que Chihiro haga su trabajo. Ensuciándola.
El de la caldera le explica que ella no puede hacer el trabajo de los demás, que todos tienen un trabajo asignado y que si ella hace el de otro, el hechizo se rompe, lo que es lógico. Pero los hollines se enojan dejando el carbón a los pies de Chihiro.
Los hollines paran sus protestas cuando les dan a comer, pequeños pedazos de luz.
Mi abuela solía llamar espíritus de hollín a aquellos espíritus que estaban cubiertos de energía oscura, tapados por su propio karma, de manera que su espíritu no podía brillar como el diamante que debería ser. Es entonces la misión de los espíritus la de limpiarse ese hollín, en cada reencarnación. Aunque un verdadero espíritu de hollín seria uno propenso a no rectificar, y ser esclavo de sus propios errores, como vemos ahora a los hollincitos caminando esclavizados en el horno de la caldera.
Gracias a Kamashi, consigue la ayuda de lin, una muchacha que parece humana, algo dura y mal geniada pero que a pesar de eso ayuda a Chihiro a adaptarse a lo que vendrá después. Kamashi también le explica el proceso que tendrá que seguir para poder trabajar en los baños bajo las órdenes de Yubaba.
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